Cómo cerrar un año difícil y acomodar las finanzas hogareñas
A 77 días para que 2016 sea historia, los asalariados, y sus familias, se preparan para afrontar los gastos finales que, en un contexto de inflación alta, seguramente comprometerán el presupuesto disponible. Los regalos para la Navidad y las reuniones con amigos para despedir el año son los primeros gastos que aparecen en el horizonte de las finanzas personales del grupo familiar. A estos compromisos se sumarán las vacaciones de verano. Todo el combo obliga a los asalariados a apelar al ingenio y a las estrategias para optimizar los ingresos que, en el cierre del año, contarán con el auxilio extra del medio aguinaldo de diciembre y, eventualmente, con el bono de fin de año.
En un contexto de transición, en el cual el año se presenta como el de mayor incertidumbre financiera, el primer destino del medio aguinaldo de diciembre y, eventualmente, del bono de fin de año, debería ser la cancelación de deudas adquiridas a tasas elevadas. Jessica Lucas, experta en finanzas personales y asesora de la firma Cibsa, sostiene que desde fines de 2015, con la apertura del cepo cambiario, las tasas de interés del sistema financiero registraron fuertes incrementos.
“El efecto de esta situación fue el acceso a financiamiento muy costoso. Por este motivo las deudas que hayan sido contraídas en estos períodos son las que implican mayor costo financiero. Con estas consideraciones, pagar deudas pendientes debería ser una prioridad. En lenguaje sencillo sería sustituir deudas costosas por otras a menores tasas (si es necesario), ya que se espera una evolución decreciente de los tipos de interés”, argumenta la especialista consultada por DINERO.
Luego de evaluar la cancelación parcial o total de los pasivos, lo recomendables es priorizar gastos fijos que aún no están contabilizados en el presupuesto familiar. “Esto se refiere a planificar las erogaciones pendientes como los servicios básicos de períodos futuros. Un buen consejo es obligarse, cada mes, a reservar los montos de los servicios bimestrales, para no afrontar todo el gasto en un solo momento. La idea es estabilizar las erogaciones, o suavizarlas, con el fin de repartir equitativamente la carga en los ingresos corrientes”, subraya Lucas.
Si bien la inflación se mantiene elevada, con estas estrategias para administrar los recursos, el impacto en las finanzas será cada vez menor, lo cual permitirá recuperar, de modo gradual, el poder adquisitivo en el cierre del año. “Otra conducta saludable sería que, a pesar de que se recupere el salario real, los sujetos económicos mantengan el incentivo por suavizar el impacto de los costos por sobre los ingresos. De esta manera, se logra iniciar el camino a una planificación financiera sustentable en el tiempo”, recalca la especialista en finanzas personales.
El valor de la planificación financiera radica, esencialmente, en cumplir con los objetivos trazados a corto, a mediano y a largo plazo. Si bien en la Argentina se priorizan las necesidades inmediatas, lo que construye el patrimonio es, en gran medida, la constancia. “Es decir que no hay que gastar por sobre los ingresos ciertos, ya que esto produce una conducta de apalancamiento que excede las posibilidades de afrontarlas. Los problemas surgen cuando los ingresos se detienen por razones propias o ajenas”, reflexiona Lucas.
La planificación financiera siempre es buena para evitar sobresaltos y para concretar los objetivos. Lo que deben aprender los asalariados, o las familias, es a asumir compromisos en la medida que puedan afrontarlos con certeza. Esto se aplica, por ejemplo, a la hora de organizar las vacaciones y al momento de consumir en la medida de las posibilidades. “Acotar las deudas innecesarias o el consumo, hasta que el costo del financiamiento sea más razonable”, advierte.
El 90% de los compradores está abierto a elegir segundas marcas
Para cumplir con los gastos de fin de año, los consumidores consolidaron en los últimos meses conductas restrictivas a la hora de comprar alimentos y bienes primarios. Ante la caída del poder adquisitivo, el comportamiento que prevalece es la “infidelidad” a las primeras marcas. Según el informe Pulso Social, de la consultora CCR, en promedio nueve de cada diez consumidores están dispuestos a comprar segundas marcas para ahorrar.
Se imponen las compras en pequeñas cantidades, para no derrochar
El director de Proyecto de CCR, Nicolás Padilla, recalcó que el año pasado, y hasta los primeros meses de 2016, el avance de la inflación llevó a que los consumidores adelantaran compras para ganarle a los precios. Sin embargo, según remarcó en una entrevista con DINERO, este camino viró hacia una idea de no derrochar. “Los compradores ya no se ‘stockean’ como antes. Ahora no quieren despilfarrar. Entonces compran promociones 2x1 para no acumular productos”, recalca el experto.
El recorte de gastos afecta al rubro electrodomésticos y hogar
El promedio de los argentinos del segmento medio, mantiene el objetivo de no achicar más su canasta de alimentos. Por eso la estrategia que se cobró fuerza fue, además de la compra racional, el consumo racional. “Esto implica compras ajustadas a las necesidades. El caso más mencionado es el de las frutas. Los consumidores no se dejan tentar por ofertas, sino que llevan sólo la cantidad que necesitan. En este recorte sufren los rubros electro y hogar”, detalla CCR.