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Cómo evitar que el dinero sea motivo de discusión

Saber que en una familia, como en un país, se deben planificar los gastos y la manera de solventarlos, evitará discusiones propias de la imprevisión. Los expertos sugieren mantener una comunicación fluida en el entorno familiar, para que la plata no sea una complicación para las relaciones matrimoniales. Es clave no dejar llevarse por los factores emocionales.

Los temas financieros suelen ser motivos de diferencias no solamente en las empresas, sino también en el hogar. Y es casi necesario tocarlos al arrancar el año. Por eso, al hablar de la planificación financiera en el ámbito familiar, es fundamental plantear con transparencia los objetivos globales y el nivel de vida que se asumirá, sugiere Jessica Lucas, Head of Asset Management de CIBSA Sociedad de Bolsa. “Si estamos a tiempo, es necesario hablar con la pareja desde el inicio de la vida en común para evitar conflictos futuros”, sugiere la economista. La pareja es una sociedad con objetivos comunes, por lo cual debe acordarse cómo se quiere vivir, la educación de los hijos, cuánto tiempo trabajará cada uno, quien se dedicará a la familia, entre otros temas.

Para evitar malos entendidos, discusiones y otras diferencias en el entorno familiar por el manejo del dinero, es necesario elaborar una guía de planificación que implique no sólo metas, sino también esquemas para lograr los objetivos. Lucas sugiere tomar en cuenta los siguientes parámetros:

• Establecer metas claras de cada integrante de la pareja.

• Especificar cuáles objetivos son defensivos y aclarar qué constituye un margen de seguridad e independencia factible para cada uno.

• Excluir los factores emocionales del análisis de las finanzas de la familia.

• Reconocer que la situación económica del integrante más favorecido no implica financiación ilimitada de los deseos del individuo que genera menores ingresos.

• Considerar la posibilidad de un acuerdo prenupcial o alguna manera de dejar por escrito como se pagan las deudas previas, como repartir activos en caso de fallecimiento o divorcio, etc.

• Proteger el patrimonio familiar sin importar si la pareja permanece unidad es fundamental por el bienestar de los hijos.

• No repetir los modelos de los padres si este no permitió construir finanzas saludables.

• Enumerar los recursos actuales y flujos de ingresos de la familia y que cada integrante comprenda la realidad financiera.

• Establecer un presupuesto familiar y cumplirlo.

• Conocer la situación financiera de la pareja para que no existan sorpresas. Si hay deudas, determinar un plan de pagos para evitar ahogos del deudor.

• Aprender o contratar a un asesor para organizar las finanzas en caso de carecer de conocimientos.

• En caso de ser mujer, colocarse en el lugar de la pareja y evaluar si sería agradable que el otro abusara de los ingresos o se quedara con la mitad de su patrimonio, solo porque tiene más recursos.

• Si las mujeres piden mayor dedicación afectiva hacia los hijos, deben estar dispuestas a colaborar económicamente.

• Los derechos y responsabilidades de una pareja son cada vez más equitativos.

• En resumen, debe exponerse la situación financiera actual, plantear los objetivos futuros y reconocer si con los comportamientos usuales podremos alcanzarlos.

• Evaluar periódicamente reajustes y desvíos de lo presupuestado.

• Ante todo, la comunicación es básica para evitar conflictos.

“Es fundamental comprender que hablar de dinero trae más beneficios que problemas”, considera la experta consultada por LA GACETA. Como en cualquier otra cuestión que puede surgir durante una relación de largo plazo como una sociedad comercial o conyugal debe establecerse un marco legal claro que permita una evolución sana. “No es recomendable evitar el dialogo porque se presume mala intención o desconfianza simplemente es algo que podría ocurrir en cualquier vínculo”, aclara.

No tratar explícitamente estos temas no hacen más que complicar y esconder situaciones que más temprano que tarde, generan conflictos. Recordar que el dinero es un medio y no un fin en sí mismo.

“Recordemos que en una relación familiar no pueden existir problemas de comunicación relacionados con el dinero. Hay que hablar concretamente, sin prejuicios, tomando en cuenta que pueden generarse situaciones de envidia, recelos o herir a quienes ganan menos que usted”, indica.

En el ámbito familiar, una vez que se asume la realidad, se puede planificar lo mejor para todos. La idea es definir niveles de gastos, ingresos, objetivos de ahorro que hacen al bien común.

Saber que en una familia, como en un país, se deben planificar los gastos y la manera de solventarlos, evitará discusiones propias de la imprevisión.

Cabe destacar que la planificación patrimonial depende del punto de partida y de la situación de los integrantes, pudiendo existir parejas en segundas nupcias, hijos de matrimonios anteriores, divorcios conflictivos, etc., esto obliga a que situaciones particulares modifiquen las decisiones, lo que requiere un análisis particular de cada caso.

Consecuentemente, dice Lucas, si contamos con que los integrantes de la pareja definen sanamente las finanzas, estaremos construyendo bases sólidas y un marco adecuado para que los hijos comprendan y crezcan en un ámbito familiar en donde quede claro que: “el Problema no es tener dinero, sino tenerlo sin poseer valores”.